Restaurar bosques para aumentar el agua

Restaurar bosques para aumentar el agua

Desde Sao Paulo a Liquiñe, ciudades en todo el mundo han quedado sin agua por el cambio climático y la deforestación.  Pero, ¿cuál es la relación entre la deforestación y el agua?

A diferencia de los terrenos agropecuarios y plantaciones forestales, el bosque nativo reduce la velocidad de escurrimiento del agua superficial. Eso permite recargar las napas y un flujo lento hacia los arroyos y ríos lo que evita la erosión y alimenta los ríos de verano. Así, casi el 75% del agua dulce accesible en el mundo proviene de la conexión entre los bosques naturales y el flujo de agua en el ambiente.

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Nota adaptada del Programa ONU-REDD, 22 Marzo 2018

El agua es un recurso vital que es consumido y contaminado de manera descontrolada por la sociedad actual, poniendo en peligro nuestra supervivencia al no tener cuidado con su preservación. La labor de cuidar este recurso es difícil, sin embargo existe una forma poco conocida de aumentar y mejorar los caudales de agua: a través de la restauración de bosques.

La mayoría de los cuatro mil habitantes de Liquiñe pertenecen a la etnia mapuche y dependen de muchas formas del bosque. Muchos producen madera para la construcción o la utilizan para realizar artesanías locales. Los huertos son de gran importancia para la comunidad, así como la miel que se recolecta en la zona, de muy alta calidad. Además, el lugar se ha erigido como un centro turístico, con cada vez más personas que lo visitan atraídas por la belleza del paisaje natural y las áreas termales. Sus fuentes de ingresos se basan en el bosque y el agua. 

Pero el cambio climático y los procesos de deforestación en esta región “han dejado sin cursos de agua natural a las localidades” de la zona, explica Fabián Carrasco.

Ante esto, con el apoyo del Programa ONU-REDD, la CONAF inició en 2016 la restauración de bosque nativo en esta área productora de agua para aumentar la disponibilidad de recursos hídricos para diferentes usos. Y es que, “si no hay bosques, no hay agua”, afirma Carrasco, “aunque a veces la gente lo entiende al revés, por eso es necesario hacer entender a la población que toda la tierra está en estrecho equilibrio y debemos mantenerla”.

En Chile, a diferencia de la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, el principal problema relativo a los bosques es la degradación, es decir,  la reducción de la capacidad de estos para proveer bienes y servicios.

Finalmente, el aumento del caudal de agua se tendrá que medir a largo plazo ya que, si bien se restauró una parte del bosque, habrá que esperar años para ver los resultados. “Lo que el hombre demora unos días en destruir, la naturaleza demora años en reconstruir”.

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