La Promesa sobre el Metano (The Methane Pledge) – COP26
Durante la primera semana de la COP26 se firmó la “Promesa sobre el Metano” (The Methane Pledge), un acuerdo internacional para reducir las emisiones de este gas en 30% al 2030. Con ello, se espera evitar entre 0,2 y 0,3°C de calentamiento global. Sin embargo, esta cifra no es suficiente, ya que no alcanza la reducción del 45% que, según la ONU, es necesaria para mantener el calentamiento global por debajo de +1,5ºC.
¿Qué es el gas metano y cuál es su contribución en el calentamiento global?
El metano es uno de los principales gases de efecto invernadero y uno de los más potentes contribuyentes al calentamiento global. Este gas debido a su composición química, es mucho más efectivo para retener el calor que el dióxido de carbono y contribuye también a la formación del ozono a nivel del suelo, un peligroso contaminante que causa aproximadamente medio millón de muertes prematuras por año en el mundo, daña ecosistemas y suprime el crecimiento de los cultivos. Cerca del 60% de sus emisiones provienen de fuentes causadas por actividades humanas.
Durante los primeros 20 años en el aire, un solo kilo de metano causa tanto calentamiento global como 80 kg de dióxido de carbono. A medida que pasa el tiempo el gas se degrada y va bajando su efecto. Sin embargo, a los 100 años de ser emitido, ese kilogramo de metano aún tendrá un poder de calentamiento equivalente al de 28 kg de dióxido de carbono.
¿Qué están haciendo los países al respecto?
El 31 de octubre se dio inicio a la vigesimosexta versión de la COP, conferencia donde líderes del mundo se reúnen casi cada año para forjar una respuesta global a la emergencia climática.
Uno de los movimientos más interesantes hasta ahora de la COP26 es el compromiso firmado por Estados Unidos y más de 90 países de reducir las emisiones de gas metano (CH4) en un 30% para 2030.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, recalcó que dicho gas es responsable de “cerca del 30%” del calentamiento global acumulado desde la revolución industrial y que este acuerdo “ralentizará inmediatamente el cambio climático”.
Pia Wiche, gerente general de EcoEd, comenta: “El disminuir las emisiones de metano se transforma en una solución rápida para evitar que se caliente la atmósfera. Se estima que la reducción del 30% de este gas podría evitar que la temperatura suba entre 0,2 y 0,3°C para no pasarnos de los 1,5°C y continuar dentro de los límites del acuerdo de París (COP21)”.
Brasil, uno de los grandes emisores de metano, es uno de los países que se sumó a la iniciativa. Sin embargo, China, Rusia, India e Irán, quienes también son grandes emisores, no firmaron el acuerdo.
Pese a que este tratado es un gran paso para reducir el calentamiento global, “El anuncio de hoy no alcanza la reducción del 45% que, según la ONU, es necesaria para mantener el calentamiento global por debajo de +1,5ºC”, lamentó Murray Worthy, responsable de la ONG Global Witness.
Combustibles fósiles, carne de vaca y residuos orgánicos: las tres mayores fuentes de metano
El metano proviene principalmente de 3 sectores: ganadería, combustibles fósiles y tratamiento de residuos.
- Producción de combustibles fósiles, como gas natural. Las fugas de gas en la producción de combustibles fósiles (gas natural, petróleo y carbón) aportan aproximadamente el 35% del metano liberado cada año.
- Fermentación entérica asociada a la crianza de animales rumiantes (principalmente vacas) para alimento de humanos. Estos animales contribuyen aproximadamente el 32% de las emisiones de metano cada año.
- Degradación de residuos orgánicos. Los vertederos, basurales y rellenos sanitarios liberan metano por la degradación de la basura orgánica. Esto corresponde aproximadamente al 20% de las emisiones.
¿Cómo podemos reducir las emisiones de metano?
Algunas formas de reducir las emisiones de metano son dejar de comer (producir) carne de vaca, o preferir el consumo de carnes blancas por sobre la carne roja ya que la producción de animales menores genera menos CH4 por kilo de carne.
El cambio de la matriz eléctrica y térmica a energías limpias es vital para reducir la producción de combustibles fósiles. Formas de hacerlo son: establecer contratos de suministro de energía eléctrica a partir de energías limpias, cambio de calderas a biomasa, electrificación de los procesos productivos, electromovilidad, instalación de energía solar fotovoltaica y térmica en plantas productivas, oficinas, el comercio y los hogares.
La eficiencia energética también juega un rol, ya que menor consumo de energía implica una menor producción y extracción de combustibles fósiles. Diseños arquitectónicos pasivos, mejor ventilación natural, preferir reuniones en línea a las presenciales y preferir transporte público o bicicleta son alternativas.
Finalmente, compostar los residuos orgánicos reduce la emisión de metano, ya que la degradación por compostaje deja el carbono presente en los residuos en el suelo, sin liberarlo a la atmósfera.